El Consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Íñigo Nagore, ha comparecido esta misma tarde en Comisión sectorial del Parlamento de La Rioja para explicar la situación actual por la que atraviesa la región en relación a la aplicación nacional de la OCM vitivinícola. Además de realizar una detallada enumeración de la acción del Gobierno de La Rioja con respecto al desarrollo, acuerdo y aplicación de la OCM, el Consejero ha reclamado “respeto para La Rioja en la definición del Programa Nacional, ya que se aprecia un claro síntoma de que no se sabe resolver un problema grave, incurriendo en la desidia y en una total falta de interés en detrimento de nuestra Comunidad”.

Ante esta situación, Íñigo Nagore ha calibrado las posibilidades a las que se enfrenta el Ministerio: “Apostar por la aplicación de medidas que resuelvan de una vez por todas los problemas que aquejan al sector vitivinícola español; o bien ceder a las presiones de ciertas zonas productoras que han estado muchos años viviendo a costa de las subvenciones europeas; aletargadas, sin motivación para reestructurarse y generando excedentes permanentes”. Un contexto “en el que no caben medias tintas: o se apuesta por la calidad, cuyo exponente más claro es ‘Rioja’; o se sigue con la política de primar las ineficiencias”.

El Consejero ha hecho memoria sobre el acuerdo de la OCM, “perjudicial para La Rioja”, quedando en el tintero reivindicaciones riojanas como la resolución de los problemas de la liberalización de plantaciones, el doble etiquetado y la promoción en el mercado interior de la Unión Europea. Otro aspecto importante es que el dinero que anteriormente llegaba al sector pasó entonces a los Estados Miembro para la articulación de los Programas Nacionales. Una programación que, en el caso de España, ha supuesto “un verdadero quebradero de cabeza al Ministerio", según Nagore, a la vista de la falta de noticias existentes sobre la aplicación de la OCM casi un año después del acuerdo de la Comisión.

Durante este tiempo han sido varios los intentos del Gobierno de La Rioja por trabajar conjunta y constructivamente con el Ministerio para la adecuación del sector productivo riojano a la nueva normativa. Sin embargo, las demandas del Ejecutivo regional y del sector en pleno, trasladadas a la Ministra a través de diferentes canales, nunca han sido atendidas. Ni siquiera las diferentes solicitudes de reunión para abordar el problema.

Dentro de las fechas citadas, el Consejero ha destacado la de junio del presente año, cuando el Ministerio emitió un borrador del Programa Nacional, sin consensuar con las Comunidades Autónomas, que confirmaba que había estado trabajando centrado en la destilación del alcohol de uso de boca y en la aplicación posterior de ayudas directas de derechos de pago único. La Rioja envió alegaciones al borrador que, como en todo el proceso, fueron ignoradas. El resultado fue la llegada de un primer cuadro financiero “descabellado” en el que prácticamente la mitad de los recursos se destinaban a la destilación y ayuda directa. De nuevo, La Rioja se opuso frontalmente.

A partir de este momento el desorden es evidente: el Ministerio envía a la Comisión Europea, al límite de plazo, el borrador del Programa Nacional, aunque sin ficha financiera. La Ministra Elena Espinosa saca incluso del orden del día de una Conferencia Sectorial, en julio, el asunto del Programa Nacional de la OCM del vino, al confesar la existencia de problemas. De nuevo La Rioja, con el Gobierno regional al frente y los sectores comercializador y productor al completo, envía un documento de alegaciones y demandas, entre las que se encuentra la reclamación del 4,3 por ciento de los fondos disponibles (unos 60 millones de euros) para La Rioja. Tampoco se ha obtenido respuesta. A fecha de hoy, continúa la espera.

Entretanto, de forma oficiosa, se han conocido reuniones bilaterales del Ministerio sólo con determinadas Comunidades Autónomas, no con La Rioja. Se van produciendo acuerdos en algunas regiones para articular las medidas de destilación; e incluso comienza a circular otro cuadro financiero distinto al oficial y que cambia por completo las cantidades aportadas por el Ministerio hasta el momento.