Un día muy especial, el día de todos los Santos y al siguiente el día 2 el día de los fieles difuntos.
Cuando uno muere dice adiós a la vida, pero si no ha contratado un seguro, deja tras de si un reguero de facturas que si no lo ha previsto, ascienden en algunos casos a mas de 3.000 euros.
La sociedad pasa de puntillas mientras que nuestros representantes políticos tienen que proveernos del lugar donde descasarán nuestros restos.
Los Ayuntamientos cobran las tasas reglamentarias, también hay que decorar la tumba, nicho o columbario, y eso cuesta. Una lápida para nicho oscila entre los 600 € y lo que uno quiera gastarse. Un revestimiento de panteón esta entre un mínimo de 3.000 euros y lo que uno quiera invertir en su decoración.
Llega el día esperado y claro, no vamos a ser menos que el vecino, nos acordamos mucho de nuestros difuntos, siempre, aunque de una manera especial el día de todos los Santos, y hay que colocar flores, un gasto más y además a perpetuidad. Claveles, rosas, margaritas u otra clase de flores, los ramos, centros, y otros están en una media de 30-40 euros, aunque como es una vez al año, hay quien se gasta más que el sueldo mínimo interprofesional o el de una baja pensión.
Para tenerlo todo atado y bien atado, se puede ir pagando poco a poco toda la vida, para eso están los seguros de decesos, ahora acompañados por otros que hacen menos frío o violento en una conversación de bien, ‘estoy pagando mi muerte’.
Estamos llegando a una situación en las que las empresas de servicios funerarios se aclimatan a los tiempos y a las nuevas formas de vivir ese adiós a los seres más queridos. Tanatorios, veladores, incineraciones, y la necesidad que nos creamos y agradecemos al recibir la familia y amigos en un lugar ajeno a nuestras casas, ha hecho que las funerarias oferten todo tipo de servicios desde música, a catering dentro de las salas y hasta un sistema de SMS instalado en el tanatorio por ejemplo de