Por lo demás, todo salió a la perfección. Buen día para caminar, se cumplieron todos los horarios y al final la clásica despedida: “El año que viene nos veremos en la novena edición”.

Este año salieron  210 personas, divididas en seis grupos, que desde distintas rutas y se juntaron en el término de San Lázaro desde donde fueron en peregrinación, portando el   estandarte y la imagen de la Virgen del Carmen, hasta el Santuario. Allí asistieron a una misa y no faltaron las jotas dedicadas a la patrona de La Ribera.

 A las 6,30 horas salieron desde Calahorra, 63 personas, de Pradejón, 3 y de Aldeanueva de Ebro, 7; de Calahorra a las 8,30 horas salieron 87 personas y de San Adrián, 3 personas y a las 10 horas salió la Carmenada Infantil con 47 personas.

Como todos los años se almorzó a orillas del río Ebro e Hilde, fiel a la tradición,  llevó de postre las típicas “hojas de parra” de San Adrián. Al reemprender la marcha, a cada peregrino se le entregó un cuentapasos, obsequio de Eroski, que también, donó el agua y la fruta que se consumió durante el trayecto.

La concejala María Teresa Antoñanzas nos decía cuando caminábamos por las choperas del Ebro: “Tenemos unas buenas choperas, esta zona es la más bonita de la Carmenada, es el segundo año que la hago, he salido a las 6,30 horas y me da la impresión de que va más gente que el año pasado y sobre todo me gustaría destacar la buena armonía y el orden con que se desarrolla. También el cuidado que hay en cuanto a a avituallamiento de agua, frutas, etc. y la gran labor que realizan los miembros de Cruz Roja que nos acompañan con una ambulancia durante todo el trayecto”.

La organizadores estaban satisfechos al llegar al Santuario del Carmen y podemos decirles que en el mes de septiembre van a mantener una reunión con el objetivo de formar una asociación de “Amigos de la Carmenada” para poder acceder a cosas que a nivel individual no les es posible.

José Joaquín Catalán