Este domingo Arnedillo huele a grojo y romero, ya que el último domingo de noviembre y si cae en 30 como este año, se celebra con gran solemnidad y tradición la fiesta de San Andrés.
La jornada del sábado lleva consigo el regreso de la imagen del santo desde su ermita, en las afueras de la población, hasta la iglesia parroquial. Seguido los cofrades organizan una merienda de hermandad.
El domingo a las 11 de la mañana se encienden las hogueras con romero y grojo, por las calles de la localidad, al estar verde sale una gran humareda, que llena el pueblo y hace que se respire e inhale el olor que despiden estas plantas quemadas, este acto se realizaba en el siglo pasado y se rememora en nuestros días, conmemorando su intercesión ante una epidemia de cólera que atenazó el pueblo de Arnedillo.
En la tarde del domingo, se vuelven a prender las hogueras en este caso por el recorrido que hace el santo desde la iglesia parroquial de San Servando y San Germán, hasta la ermita, ubicada en la orilla opuesta del Cidacos. El mayordomo de la cofradía ofrece diferentes roscos para ser subastados, junto a frutas y dulces que los vecinos entregan, para recaudar fondos con que mantener la ermita de San Andrés.