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Hojas Parroquias


1834 Hoja Parroquial Arnedo -ADIOS CON EL CORAZÓN-Un poco de historia-Sí se puede

Categoría : Parroquia Arnedo
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1834 Hoja Parroquial Arnedo -ADIOS CON EL CORAZÓN-Un poco de historia-Sí se puede

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VUESTRO PÁRROCO

Os pido disculpas por haber ‘descubierto’ por inadvertencias casi todos los destinatarios de nuestra Hoja. El verano, el calor, me está aflojando los tornillos, ‘los sesos’, como a don Quijote. Un abrazo veraniego. Tomás

ADIOS CON EL CORAZON…

Resulta sorprendente el hecho de que cuando llegan las ocasiones en las que has de acudir a las armas más afiladas de tu discurso para expresar sentimientos importantes en algún momento de tu vida, sólo se te ocurren frases hechas, expresiones populares que igual valen para un ‘roto que para un descosido’. Y así uno se resigna a salir del paso sin mucha convicción, dejando para más tarde poder cumplir ese último deseo.
Así comprenderéis todos, el título que he puesto a esta última etapa de mi presencia en Arnedo.” Con el alma no puedo”. Hasta el día de la Virgen de Vico tendré tiempo de despedirme de muchos de vosotros en grupos o en privado. Pero estoy seguro de que muchos estáis esperando que personalmente os comunique esta decisión que, en primer lugar es mía, pero que ya ha ratificado don Carlos nombrando a mi sucesor. Desde la celebración de mis Bodas de Oro sacerdotales yo ya me encontraba como ‘fuera de tono’. Ya pensé en retirarme y así se lo comuniqué a don Juan José. Me animó a seguir puesto que estaba bien de salud. Lo mismo me ha ocurrido con don Carlos. Hasta este año en el que le planteé la necesidad pastoral de mi relevo pastoral ante el inicio anunciado de la Misión ’Una Iglesia en Salida”.
Acontecimiento que no podría concluir este equipo de Arnedo. Lo comprendió y nombró mi sucesor a un admirado y buen amigo, D.Javier Martín, actual párroco de Alfaro. Él seguirá con los mismos compañeros que me han acompañado los últimos años. Y a los que aprovechó para agradecerles la comprensión que siempre han tenido conmigo. Ello ha contribuido a que a lo largo de mi estancia en Arnedo siempre hoyamos formado un buen equipo sobre todo porque la fraternidad ha reinado entre nosotros compartiendo casa, mesa y misión. Primero fue con don Luís y José Ramón, y ahora con Miguel Ángel y José Luis. Gracias.
Todo se ha desarrolladlo deprisa, ya que estos nombramientos los realiza el Sr Obispo tras consultar, suponemos que con sus más cercanos colaboradores, como son los Vicarios General y Pastoral y un pequeño Consejo de otros sacerdotes y personas que él elija. Lo normal es que, como en mi caso, antes haya hablado con cada sacerdote. Y no suceda como en tiempos que recordamos, que el cura se enterase por el periódico. Pero esto da lugar a que vayamos pensando en un proceder más cercano al Pueblo de Dios.
No ha calado para nada la corresponsabilidad pastoral que el Concilio auguraba con su poner en el centro de la Constitución sobre la Iglesia LG,( Luz de los pueblos) al “Pueblo de Dios”. Y resulta sorprendente que hoy en día no hayamos aprendido a colocar, rezar, considerar al Pueblo de Dios en el primer lugar dejando para después a sus servidores o ministros, y a los grupos de personas que lo componemos. Es el lugar ‘teológico’ donde nos encontramos por vez primera en comunidades creyentes en Cristo pues es fruto del Bautismo.

DOMINGO XV ORDINARIO

LECTURA DEL PROFETA AMÓS 7,12-15

En aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, a Amós: "Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo del país." Respondió Amós: "No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo de Israel"".

Salmo responsorial: MUÉSTRANOS, SEÑOR, TU MISERICORDIA Y DANOS TU SALVACIÓN.

Voy a escuchar lo que dice el Señor: / "Dios anuncia la paz / a su pueblo y a sus amigos." / La salvación está ya cerca de sus fieles, / y la gloria habitará en nuestra tierra. R.
La misericordia y la fidelidad se encuentran, / la justicia y la paz se besan; / la fidelidad brota de
la tierra, / y la justicia mira desde el cielo. R.
El Señor nos dará lluvia, / y nuestra tierra dará su fruto. / La justicia marchará ante él, / la salvación seguirá sus pasos. R.

LECTURA DE LA CARTA DE SAN PABLO A LOS EFESIOS 1,3-14

Bendito sea Dios, Padre nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
[Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Y también vosotros, que habéis escuchado la palabra de verdad, el Evangelio de vuestra salvación, en el que creísteis, habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es prenda de nuestra herencia, para liberación de su propiedad, para alabanza de su gloria.]

EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 6,7-13

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió: "Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa." Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.


UN POCO DE HISTORIA

Somos aún muchos los que guardamos memoria de otros tiempos, unos calamitosos en la historia reciente de la Iglesia y otros esperanzados y llenos de vida. Y en estos momentos personales en que bastantes ya nos dirigimos hacia el descanso que es reflexión, antes de dirigirnos al descanso que es plenitud con el Señor, no podemos echar de nosotros que ‘algún tiempo pasado fue mejor’. Hablamos de la “Iglesia Pueblo de Dios”.
El entusiasmo primero ante esta aportación del Concilio Vaticano II situando en el centro de la reflexión sobre la Iglesia la realidad del “Pueblo de Dios” y subordinando a él todos los ministerios, servicios y carismas que el Señor pusiera a su servicio, explosionó en Asambleas, reuniones, celebración de Sínodos
Universales y Diocesanos; aparecieron en cada Parroquia los Consejos Parroquiales de todo tipo; unos ordenados por el mismo Código de Derecho Canónico, como el Consejo de Economía, y otros fruto de la necesidad de poner en el centro de la organización parroquial a los laicos, como corresponsables en la obra de la evangelización: Consejo de Liturgia, Consejo de Pastoral de la Salud, Consejo de Cáritas… En España el detonante fue la llamada Asamblea Conjunta de Obispos y Sacerdotes en Madrid, que había sido precedida de
Asambleas Diocesanas con encuestas a todos los niveles ‘sin cortapisas’, de ámbito diocesano que provocaron una conmoción sobre todo entre los Obispos. Sus conclusiones publicadas después ya no tuvieron repercusión por parte de la Iglesia y el nombre de la Asamblea fue proscrito hasta nuestros días. De la misma manera sucedió algo semejante. Con “Pueblo de Dios” (concepto que desapareció de los documentos oficiales la Iglesia de Roma y de Europa)
En el ámbito diocesano ocurrió algo semejante. Mientras, en tiempo de don Francisco, primer obispo postconciliar se hicieron elecciones para el nombramiento del Equipo de Gobierno y su cercanía a los curas se tradujo en visitas personales en cada pueblo donde residíamos. La libertad para intervenir en las reuniones presbiterales era absoluta. Así fuimos tomando conciencia los curas de la cercanía y corresponsabilidad con que debíamos tratar a nuestros hermanos seglares.
No podemos seguir contando toda una historia interminable. Pero sí alguna repercusión que tuvo mucho después en nuestra vida parroquia. A primeros de los años 2000, se realizó la reforma del templo de santo Tomás, con motivo de tener que cambiar el sistema de calefacción de dicho templo. Y lo hicimos como reflexión del mismo Concilio Vaticano II. Mesa fraterna de Comunión y escucha de la Palabra de la que el Presbítero es el primer oyente. Razón por la que, en el templo, no pusimos ‘cátedra’ para él (pues pertenece al Obispo). Y por otra parte el magisterio no se utiliza cuando uno está sentado escuchando como todo buen cristiano la Palabra, sino cuando sube al estrado de la Palabra para explicarla. Personalmente he permanecido en pie a nivel del resto del Pueblo de Dios en el centro junto al altar, excepto en los momentos claves de la Plegaria
Eucarística que subo el escalón del altar para ‘servir’ las Palabras de Jesús en la Eucaristía o en la Epíclesis, o alabanza del Señor/Trinidad del ‘Por Cristo, con Él y en Él, a Ti Dios Padre omn…”.
Pero, más de 30 años después de haber desdeñado la expresión ‘Pueblo de Dios’, el Papa Francisco nos sorprendió desde su aparición en el balcón de san Pedro al pedir la bendición al Pueblo de Dios que lo recibía con aplausos. Renunció a los mismos: “Los aplausos son siempre sólo para el Señor. Vosotros, rezad por mí”.
“El Pueblo de Dios ocupa el centro de confrontación sobre las líneas interpretativas y sobre las reformas estructurales necesarias para acoger la eclesiología del Vaticano II en una iglesia que se ha hecho mundial y culturalmente poliédrica, en la que la aportación de laicos y laicas debe ser finalmente reconocida y deben promoverse lógicas realmente participativas en las que una iglesia pobre y de pobres haga verdad a su servicio al Reino de Dios en la Historia. La visión de “Iglesia Pueblo de Dios” –según el Vaticano II puede y debe clarificar la conciencia personal y colectiva de los sujetos eclesiales (participativas sinodales, eclesiales) y por eso
puede y debe impregnar y plasmar su planteamiento. En consecuencia debe orientar la reforma de las estructuras comunicativas, organizativas, formativas cuya necesidad se advierte para que se experimente y se realice la forma popular de iglesia. “La autorizada re-propuesta del papa Francisco de la eclesiología del “pueblo de Dios (EG111) orienta a asumir esta perspectiva como elección imprescindible de un cambio deseable necesario y urgente” (Serena Nocete, en Concilium .376).
La próxima “Misión en Salida, a unto de arrancar en nuestra Iglesia Diocesana, será buena ocasión para entender si nuestra Iglesia local pone en el centro rotatoria de su vida al “Pueblo de Dios”.

NUNCA DIGAS NO PUEDO…

Me envían un guasah que dice: “No digas nunca no puedo; levántate; suspira, sonríe, y sigue adelante”. El ¡Sí se puede! inspiró el eslogan de campaña presidencial de Barack Obama de 2008 “Yes We Can”. Y dejó para siempre grabada esa actitud americana que predica que lo que se quiere se consigue: ‘Basta quererlo’.
Como si se tratara de un sortilegio. No me gusta esta lectura del dicho porque sume en la negación a cuantos quedan en el camino; a cuantos se les impide de malas formas conseguirlo a cuantos simplemente no están dotados para afrontar situaciones terribles.
Pero me equivoqué al comentar esta expresión ante quienes son testigos en sí mismos de cómo lo imposible es posible. Ayer mismo tuve dos testimonios directos:
1.- Un compañero me invitó a visitar a un amigo suyo, de bastante edad, de vacaciones en su pueblo natal, pero residente en Venezuela desde joven. Nos contó las mil y una calamidades de la gente ‘normal’, de personas de la enseñanza, trabajando en sanidad, administrativos, pequeños artesanos, obraros cualificados…
Nos sorprendió la paz con que describía situaciones penosas, inaguantables; un enfermero que acude al trabajo y se desmaya. Confiesa que lleva tres días sin comer nada: Si yo como, mueren mis tres hijos”. Habla de su propia ‘dieta’ de miseria para todos. Del obispo ‘con olor a oveja’, pero que vive solo en una casita y al que han tenido que obligar a compartir con ellos la sopa de cada día, pues si no, no come. De la madre de varios hijos que, sola ha de alimentarlos, y que, como no es del Partido no puede recibir la ayuda prometida… ‘Pueden y salen delante de manera increíble.”Se levantan, suspiran, sonríen y siguen adelante….”
2.- Anteayer viernes contemplé el espectáculo más lamentable que puede verse en los campos: una pedregada formidable que recorrió todo el término de mi pueblo, Albelda, dejando arrasado todo el campo de frutales, las pocas viñas y un poco de cereal. Pérdida total. Yo, como todos los ajenos, lamentándome: ‘Y ahora ¿qué se puede hacer?’, aquí no hay nada que hacer”. Un buen labrador, de varias hectáreas de frutales, responde con calma. ‘Sí, mañana habrá que madrugar para hacer los primeros tratamientos”. Una lección de pundonor, sabiduría y confianza dentro de la calamidad. Y es que precisamente cuando una persona no puede es cuando surge la fuerza mágica del ‘se puede’ que convierte los sueños en realidades y la muerte en vida. Hace falta fe, claro.
Fe en las personas (y fe también en Dios los creyentes) para no perder nunca la esperanza. Sabemos que de la muerte, precisamente, surge la vida. Este debería bastarnos para no doblar la rodilla. “No digas nunca no puedo; levántate; suspira, sonríe y sigue adelante”.

ÚLTIMA SEMANA PARA INSCRIBIRSE

No dejéis más tiempo para inscribiros en el viaje a Asturias en este año centenario de Covadonga. Hacedlo lunes, martes y miércoles de 11 h. a 13h. En el Despacho Parroquial.


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