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- 20-10-2019 ARNEDO. IZTRU CON Ñ Arnedo celebra su 1º aniversario con la exposición -LO CORRECTO- de Toño Tejedor Stv Rioja

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- 20-10-2019 ARNEDO. IZTRU CON Ñ Arnedo celebra su 1º aniversario con la exposición -LO CORRECTO- de Toño Tejedor Stv Rioja

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Con motivo de ' 1 AÑO DE IZTRU CON Ñ' nos gustaría mucho contar con vuestra presencia en nuestro espacio de la Calle Santo Domingo de la Calzada de Arnedo, para VER la exposición LO CORRECTO del fotógrafo vallisoletano Toño Tejedor, estará abierta del hasta el
Este sábado 19 de Octubre, a las 12 del mediodía en el Multispacio ‘iztrU con Ñ’ de la calle Santo Domingo de la Calzada de Arnedo, se va a celebrar el Primer Año de iztrU con Ñ, con la inauguración de la
Exposición ‘LO CORRECTO’ del consagrado fotógrafo ‘Toño Tejedor’ de Valladolid.
Con un Pica Pica, acompañado de la música en directo de ‘Carne Fresca DJs’. La muestra, que podrá visitarse hasta el próximo 15 de noviembre en el horario de apertura habitual del Multiespacio, cuenta con una selección de fotografías realizadas por Toño
Tejedor, Licenciado en Historia del Arte por la UVA.
Reconocido por su trabajo con diferentes premios como el
reciente ‘Valladolid Lee’ de fotografía con ‘SUAVEMENTE
ME ATAS’.
‘LO CORRECTO’ es la libertad de cada día del ser humano desdibujado por la sociedad viendo solo la esencia de las personas.
Demasiadas elecciones que no nos atrevemos a resolver, buscando una normalidad que nos imponen, sin darnos cuenta que en nosotros está LO CORRECTO.
Con estas palabras nos describe el fotógrafo su muestra .
El fotógrafo y parate de su equipo asistieron a la inauguración el pasado sábado 19 de octubre.

LO CORRECTO

Lo terrible es, que la identidad pasa a ser definida por el sexo.
Es decir, una banalidad pasa a definir lo esencial.
MANUEL PUIG

Qué es lo correcto
Yo no soy, ni puta ni santa, ni menos porque tú me lo digas madre, trayendo a este mundo mi esencia. No me hagas creer, en cuentos de hadas sumiendome bajo el yugo opresor de ese al que mal llaman príncipe y solo es otra rana más que me croa.
Es la ostia en la cara para despertarnos del letargo en el que durante tiempo nos hemos sumido, creyendo que nuestra libertad estaba ya ganada y afianzada, pero últimamente, se mercadea vendiendo al mejor postor e incluso se regala pisoteando la y embarrandola dejando solo los
resquicios de nuestra alma mancillada.
Es la herida que creíamos curada, pero que se vuelve a abrir, manando la sangre que baña nuestros pies cada vez que la mano implacable de aquel que se cree un dios sin reino abofetea y ultraja al que llama inferior.
Cuando de los labios del impuro se escapa un maricón, muerde almohadas, soplanucas que resuena entre las paredes de su intransigencia y ya no es un eco lejano sino el murmullo que cada vez se hace más alto dando un golpe de una supremacía que no es suya, por que nadie es superior a nadie, siendo todos iguales, sintiendo de la misma forma aunque no lo entiendan, o esa puta que decimos para herir a la que lucha por unos ideales y una igualdad, pero el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, quieren que sean santas, idolatrando a ídolos de barro y supercherías que son de otro tiempo y que ya ni están ni se las espera, diciendo, en algunos casos que para conseguir la felicidad tenemos que ser las matronas que traigan a este podrido mundo una marioneta que puedan manejar.
Es ese espejo en el que deformados se reflejan aquellos que quisieron inculcarnos, adoctrinando nos en unas ideas de sumisión trasnochadas y obsoletas de adorar ídolos de barro dotándolos de una vida que nunca tuvieron, queriendo que la superchería fuera nuestra única meta y que sino la abrazamos seriamos solo sombras sumidas en el olvido; Son las palabras que nunca quisieron que se escaparan de sus labios, nunca paso, nunca ocurrió, esa doble moral que dormita entre las paredes que ni escuchan ni oyen, solo callan y otorgan por que los trapos sucios se lavan en casa.
Son los trozos de historias que nos hicieron creer a pies juntillas, del derecho y del revés, diciéndonos que llevan implícitas una moraleja que no queremos, ni sentimos ni entendimos, solamente las convertimos en las cadenas que nos ataron a un cielo que no era el nuestro, solo de los otros.
Es la libertad que cada día escribimos en la soledad del reducto de paz en el que podemos ser y no ser sin parecer y en el que no nos ocultamos porque nadie nos puede hacer daño, ni nosotros mismos.
Soportaremos lo humano cuando la sociedad lo desdibuje, viendo solo la esencia de las personas.

Porque lo correcto
Durante mucho tiempo fue la voz silenciosa que habitaba en mi corazón, el eco lejano de los acordes de una canción que alguien sin rostro me susurro al oído, la venda que unas manos ataron a mis sienes cegándome a un mundo en el que creía que todo estaba conseguido y solo lo que mis ojos percibían era el sueño que me asaltaba por las noches.
Pero un buen día , una silueta, recortada en el tiempo vencía a las sombras, que siempre estuvieron y que tomaron cuerpo alzándose en esos tacones rojos que simbolizaban la libertad que no habíamos ganado, aun habiendo derramado tanta sangre inocente y que sus cuerpos inertes y latentes se retorcía en sus tumbas cuando de los labios de un impuro se escapaba un puta, cuando una mano alzada a un cielo de un dios menor rasgaba el cuerpo, pisoteando el alma del inocente, cuando el ser se unía al existir bajo la superchería de una sumisión en la que eras importante cuando callabas y otorgaban siendo el recipiente en el que se plantaba y crecía la semilla del dominante atajado de raíz, según aquellos la mala yerba del sentir diferente a los convencionalismos de una sociedad muerta, que apartaba lo correcto, solo por no entenderlo.

Quien es lo correcto

El era un chico perdido en los caminos de la vida, sin encontrarse, sin saber quién era, ni lo que quería. Hastiado, cansado, luchando todo el día con el caos interior que tenía su alma. Soñador empedernido, contador de historias, muchas veces sin oficio ni beneficio, profesor de nada y aprendiz de nada y que encontraba la paz, en la salas de museos, en los silencios de palacios, perdido entre las miradas, envidiando vidas y odiando palabras. Pero un buen día descubrió un don, su don, el de hacer sentir con sus palabras, en esos instantes que captaba, que emanaba de su corazón, en algunos momentos atormentado, mostrando su mundo, en imágenes cotidianas, en sentimientos que él solo veía, mostrando lo que los otros no querían ver, por miedo o tal vez por pereza o quizás por cobardía, convirtiéndose en un trovador de historias que la gente comprendía, haciéndolas suyas.
Y encontró su camino, comenzando a andar lentamente, apuntando todo en su cuaderno, en su inseparable amigo, su único amigo, haciendo sentir, haciendo vivir, sentándose, en un peñasco viendo a su alrededor como poco a poco el mundo cambiaba al mecerse en sus palabras.
21
Oct
2019
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